Lo llevó a la salita bajo el dato de que «se atragantó con comida». Descubrieron los moretones y la mujer confesó ser víctima de violencia de género. Ocurrió en Batán.

«Ni chorro ni traficante, pibe humilde de barrio picante», se definía a sí mismo Alan Leonel Lapalma de 24 años, el hombre que asesinó a golpes al bebé de su pareja.

En su cuenta de Facebook, la cual ahora está dada de baja, el ahora imputado por homicidio agravado por alevosía compartía frases similares e imágenes con armas de fuego. 

«No se puede decir que sea el padrastro. Hacía menos de dos meses que estaba en pareja con la mamá del nene, y la violencia allí había comenzado mucho antes», confirmó una fuente del caso.

Por el asesinato del bebé de 18 meses se prevé una condena a prisión perpetua. Además, al momento del acto, llevaba dos meses de libertad condicional y tenía una causa por uso de documento público adulterado que le había deparado una pena de 3 años en suspenso, la cual se convirtió efectiva cuando fue detenido por un intento de robo y pasó ocho meses en la cárcel.

El violento episodio conmocionó Mar del Plata la semana pasada: mató a su hijastro de 18 meses a golpes con una escoba y lo llevó a la salita, donde aseguró que «se había atragantado con la comida».

El responsable del asesinato se acercó hasta el Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) con su pareja, mamá del niño, para que recibiera asistencia médica ya que estaba ahogado.

Los médicos confiaron en esa versión sin embargo, al revisarlo, notaron la presencia de golpes en el cuerpo y un estado de salud grave por lo que lo trasladaron al hospital Interzonal Especializado Materno Infantil «Don Victorio Tetamanti», donde finalmente se materializó el deceso.

Desde la salita notificaron a la Policía de lo ocurrido y cuando llegaron los oficiales la mujer confesó que su pareja «habitualmente la agredía a ella y a sus hijos» pero que no había radicado ninguna denuncia contra él por miedo.